En los meses de verano llega la diversión en las playas, ríos y piscinas, pero esto a su vez incrementa el riesgo de infecciones en el oído como consecuencia de la humedad. La contaminación bacteriana o química de las aguas, así como los ambientes polvorientos, también son factores favorecedores a las infecciones de oído.
Los principales síntomas son: dolor, molestias al masticar o bostezar, comezón, sensación de taponamiento, una leve pérdida de audición o sensación de humedad en el oído, entre otros. Ante una infección, la recomendación es acudir al médico otorrinolaringólogo para un adecuado tratamiento. Bajo ninguna circunstancia automedicarse o aplicarse remedios caseros.
Algunos consejos para disfrutar del verano sin riesgos son:
- Evite bañarse en aguas contaminadas o con características poco higiénicas.
- Evite tirarse a la piscina, al río o al mar desde grandes alturas, ya que la entrada de gran cantidad de agua de manera repentina puede afectar al oído. Lo mismo ocurre con las inmersiones a mucha profundidad, que pueden dañar el tímpano debido al cambio de presión.
- Seque al salir del agua la parte externa del oído, es decir la entrada del conducto auditivo, con una toalla.
- Utilice tapones o gorros de baño para reducir la posibilidad de entrada de agua en los oídos.