Un 15,4% en las personas de 60 a 69 años podrían ya padecer pérdida auditiva lo que aumenta el riesgo de padecer demencia. (Cifra de la OMS, pérdida moderada o profunda, cifras a nivel mundial)
La pérdida de la audición, relacionada con la edad (conocida como presbiacusia), forma parte del proceso de envejecimiento. No obstante, el principal problema al que se enfrentan estos adultos es la mayor probabilidad de padecer desórdenes del comportamiento, alteraciones del humor y psíquicas, que se asocian principalmente al déficit cognitivo asociado a la discapacidad auditiva.
Los adultos mayores con problemas auditivos tienen un mayor riesgo de desarrollar deterioro cognitivo y, en consecuencia, una mayor probabilidad de desarrollar demencia. También, además de presentar problemas auditivos, los que presentan discapacidad visual, poseían una mayor probabilidad de desarrollar demencia y dificultades comunicativas.
El uso de audífonos es un tratamiento garantizado para las personas de 65 años y más, que presentan hipoacusia bilateral, lo que podría ser una excelente solución para disminuir las complicaciones asociadas, ya que, como se ha demostrado, hipoacusias mayores a 40 decibeles son un factor de riesgo importante para el desarrollo de demencia. El uso de audífonos logra una mejoría en las tareas de memoria a corto y largo plazo, en el nivel de depresión y puntajes de estado cognitivo, evidenciando los positivos efectos cognitivos al proporcionar una audición efectiva.
La creación de políticas públicas, orientadas al tamizaje temprano en población de riesgo, podría ser una solución efectiva para prevenir las consecuencias asociadas con esta condición, sobre todo considerando que estas patologías influyen directamente en el bienestar emocional y social de los adultos mayores.
